martes, 26 de noviembre de 2013

REFORMA LABORAL

La economía actual demanda una nueva reforma laboral. España ha estado creando empleo durante 12 años, pero esa época dorada terminó.
España marca unos indicadores al respecto con retraso, el cambio educativo, la llegada de inmigrantes, la incorporación de la mujer al mercado laboral… son fenómenos nuevos en España pero que con antelación llegaron a países de nuestro entorno. El crecimiento del empleo en nuestro país se ha centrado en la construcción. Al acabar la construcción, que hacen estas personas, que en la mayoría de los casos no tienen ninguna formación. Se da la paradoja que somos el país con más universitarios y el de mayor abandono escolar. Existen frenos para el desarrollo, hay que invertir en formación continua, luchar contra el fracaso escolar, mejoras laborales etc…

En nuestro mercado laboral, existe la temporalidad del empleo, en mayor medida que otros países, así como la baja cualificación. La negociación colectiva de los convenios es la misma que a finales de la dictadura. Habría que ir a convenios que diferencien mejoras y congelaciones según esté la empresa, recuperando en caso de que mejore la empresa los salarios que en un momento se hayan descolgado.
Las prestaciones por desempleo y las pensiones, su relación no está bien resuelta, hay veces que se prescinde de empleados y se les prejubila, cuando deberían poder ser rescatados nuevamente cuando mejore la situación. La formación profesional también es importante, hay que promocionarla, todo esto se resume en políticas activas que hay que desarrollar por el gobierno que toque.

Hace falta una reforma del mercado laboral en todos sus términos. Se debe diseñar un plan de estudios que no prime la enseñanza universitaria en detrimento de la formación profesional, porque al final la cualificación de los trabajadores es el futuro, en España o todos médicos o todos los albañiles y esa no es la solución.

Los convenios colectivos, que están para defender a los trabajadores de abusos de empresarios, el estado debe arbitrar cuando la economía vaya bien exigir a las empresas repartan parte de sus beneficios a los trabajadores y cuando vaya mal, los trabajadores deben hacer esfuerzos salariales y de productividad para levantar a estas empresas.

La actual crisis financiera mundial, es todavía más grave en países donde la construcción tenía un peso importante, como España.

Una de las consecuencias es la destrucción de empleo, que es mayor entre los jóvenes y los que no tienen formación. A parte de la construcción, donde el desempleo es alarmante, siguen otros sectores como el comercio y la hostelería.
Para la creación de empleo se deben tomar algunas medidas, una de ellas es el aumento del gasto público, el gasto debe ir encaminado a infraestructuras para absorber la mano de obra desempleada en la construcción, pero este gasto debe ser en infraestructuras que creen valor añadido a largo plazo, autovías, trenes de alta velocidad, hospitales, escuelas etc… e invertir en I+D.

El mercado laboral se debe reformar, en España el 70% de los empleos están muy protegidos, pero el 30% restante, formado por jóvenes, inmigrantes y de baja o nula educación, son los que más sufren y seguirán sufriendo sino reformamos, dirigidos a un único modelo de contrato de trabajo donde prime la formación continua de los trabajadores.
Los parados mientras tanto deben tener cubiertas sus necesidades básicas y asistenciales, pero esto no es suficiente, la solución es encontrarles un trabajo y para ello en INEM debe hacer su papel, encontrarles empleo.


Los inmigrantes también están sufriendo esta situación en mayor medida que los nativos, y no olvidemos que han cotizado y contribuido al PIB cuando han trabajado. Las medidas tomadas por el gobierno han sido facilitar su vuelta a su país, dificultar la entrada de nuevos inmigrantes y no ofertar empleos de difícil cobertura.
Jóvenes, pocos formados, e inmigrantes son los colectivos más sacudidos por la crisis.
El Estado debe intervenir para corregir estas desviaciones, cuidar de que los desfavorecidos no entren en el umbral de pobreza, invertir en gasto público cuando el sector privado no es capaz de crear empleo.
Y sobre todo, debemos ser más previsores en tiempos de bonanza, que es cuando se puede ahorrar, y tomar nota para no volver a meter la pata.
La crisis actual es culpa de muchos que intervienen, que cada uno haga examen de conciencia.                     


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