La economía actual demanda una nueva reforma
laboral. España ha estado creando empleo durante 12 años, pero esa época dorada
terminó.
España marca unos indicadores al respecto con
retraso, el cambio educativo, la llegada de inmigrantes, la incorporación de la
mujer al mercado laboral… son fenómenos nuevos en España pero que con
antelación llegaron a países de nuestro entorno. El crecimiento del empleo en
nuestro país se ha centrado en la construcción. Al acabar la construcción, que
hacen estas personas, que en la mayoría de los casos no tienen ninguna
formación. Se da la paradoja que somos el país con más universitarios y el de
mayor abandono escolar. Existen frenos para el desarrollo, hay que invertir en
formación continua, luchar contra el fracaso escolar, mejoras laborales etc…
En nuestro mercado laboral, existe la
temporalidad del empleo, en mayor medida que otros países, así como la baja
cualificación. La negociación colectiva de los convenios es la misma que a
finales de la dictadura. Habría que ir a convenios que diferencien mejoras y
congelaciones según esté la empresa, recuperando en caso de que mejore la
empresa los salarios que en un momento se hayan descolgado.
Las prestaciones por desempleo y las
pensiones, su relación no está bien resuelta, hay veces que se prescinde de
empleados y se les prejubila, cuando deberían poder ser rescatados nuevamente
cuando mejore la situación. La formación profesional también es importante, hay
que promocionarla, todo esto se resume en políticas activas que hay que
desarrollar por el gobierno que toque.
Hace falta una reforma del mercado laboral en
todos sus términos. Se debe diseñar un plan de estudios que no prime la
enseñanza universitaria en detrimento de la formación profesional, porque al
final la cualificación de los trabajadores es el futuro, en España o todos
médicos o todos los albañiles y esa no es la solución.
Los convenios colectivos, que están para
defender a los trabajadores de abusos de empresarios, el estado debe arbitrar
cuando la economía vaya bien exigir a las empresas repartan parte de sus
beneficios a los trabajadores y cuando vaya mal, los trabajadores deben hacer
esfuerzos salariales y de productividad para levantar a estas empresas.
La actual crisis financiera mundial, es
todavía más grave en países donde la construcción tenía un peso importante,
como España.
Una de las consecuencias es la destrucción de empleo, que es mayor entre los
jóvenes y los que no tienen formación. A parte de la construcción, donde el
desempleo es alarmante, siguen otros sectores como el comercio y la hostelería.
Para la creación de empleo se deben tomar algunas medidas, una de ellas es el
aumento del gasto público, el gasto debe ir encaminado a infraestructuras para
absorber la mano de obra desempleada en la construcción, pero este gasto debe
ser en infraestructuras que creen valor añadido a largo plazo, autovías, trenes
de alta velocidad, hospitales, escuelas etc… e invertir en I+D.
El mercado laboral se debe reformar, en España
el 70% de los empleos están muy protegidos, pero el 30% restante, formado por
jóvenes, inmigrantes y de baja o nula educación, son los que más sufren y
seguirán sufriendo sino reformamos, dirigidos a un único modelo de contrato de
trabajo donde prime la formación continua de los trabajadores.
Los parados mientras tanto deben tener
cubiertas sus necesidades básicas y asistenciales, pero esto no es suficiente,
la solución es encontrarles un trabajo y para ello en INEM debe hacer su papel,
encontrarles empleo.
Los inmigrantes también están sufriendo esta
situación en mayor medida que los nativos, y no olvidemos que han cotizado y
contribuido al PIB cuando han trabajado. Las medidas tomadas por el gobierno
han sido facilitar su vuelta a su país, dificultar la entrada de nuevos
inmigrantes y no ofertar empleos de difícil cobertura.
Jóvenes, pocos formados, e inmigrantes son los
colectivos más sacudidos por la crisis.
El Estado debe intervenir para corregir estas
desviaciones, cuidar de que los desfavorecidos no entren en el umbral de
pobreza, invertir en gasto público cuando el sector privado no es capaz de
crear empleo.
Y sobre todo, debemos ser más previsores en
tiempos de bonanza, que es cuando se puede ahorrar, y tomar nota para no volver
a meter la pata.
La crisis actual es culpa de muchos que intervienen,
que cada uno haga examen de conciencia.
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